lunes, 17 de noviembre de 2014

LA DIVISION AZUL


Si existe una unidad militar famosa a nivel internacional en la Segunda Guerra Mundial, esa fue sin duda alguna la División Azul Española. Siendo neutral, España protagonizó una de las más brillantes gestas bélicas del conflicto. Los voluntarios españoles se comportaron de manera impecable en Rusia, tanto, que la División Azul se convertiría en un icono de la Historia de España y Universal.

El 22 de Junio de 1941, el Planeta Tierra se sorprendía ante una noticia que sacudió al mundo. El Eje encabezado por Alemania, Rumanía, Finlandia, Hungría, Italia, Croacia y Eslovaquia, invadían a la Unión Soviética de Iósif Stalin atacando su frontera desde el Ártico hasta el Mar Negro en un frente de 2.000 kilómetros. Aquella misma mañana en Madrid, el Ministro de Asuntos Exteriores español, Ramón Serrano Súñer, propuso al Jefe del Estado y Caudillo, Francisco Franco, la intervención militar de España con la creación de una división de voluntarios que marchara a combatir a la URSS. Para el mediodía ya Franco había dado autorizacion y a los pocos minutos se comunicó al líder alemán, Adolf Hitler, el envío de una división a su causa. Con esta respuesta España oficialmente entraba en una guerra particular no declarada con la URSS y se unía al Eje en la Operación Barbarroja desde ese primer día.

Tuvieron que debatirse las condiciones para levantar la división. Serrano Súñer como miembro de la Falange FET-JONS, quería una unidad exclusivamente de falangistas, pues ellos eran el sector exclusivamente fascista de España, lo cual significaba que si se producía la victoria del Eje en Europa, el falangismo sería la ideología dominante en la Península Ibérica. Por otro lado el sector monárquico de la Casa Borbón, encabezado por el general José Enrique Varela, prefería una unidad formada por militares del Ejército Español y no falangistas. Para contentar a unos y a otros, Franco decidió que la división fuera con tropa falangista y con mandos militares de las fuerzas armadas. En el nombre tampoco hubo consenso, pues los monárquicos querían que se llamase División de Voluntarios Españoles (DEV), pero al final se dió la razón a los falangistas con la denominación de División Azul en honor a las camisas azules del partido.

Dos días después de comenzada la Operación Barbarroja, el 24 de Junio de 1941, España estalló en una oleada de patriotismo y júbilo. Una multitudinaria manifestación antisoviética recorrió las calles de Madrid hasta detenerse frente a la Secretaría General de Falange, lugar desde el que Serrano Súñer lanzó un discurso y la famosa proclama de <<¡Rusia es culpable!>>. De esta manera se responsabilizó a la URSS de la Guerra Civil Española entre 1936-1939, de las matanzas en las chekas durante este conflicto como Paracuellos o Aravaca y la muerte del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Ese día muchas otras ciudades tuvieron manifestaciones protagonizadas por millares de ciudadanos que pedían venganza: Barcelona, Bilbao, Valencia, Toledo, Sevilla, Mallorca… Lo más curioso es que países que sí estaban en guerra contra la URSS como Finlandia, Rumanía, Italia, Hungría o la propia Alemania, no lo celebraron en las calles, siendo España la nación que se reservó este lujo. Se llegaron hasta lanzar piedras a la embajada de Reino Unido en Madrid. Hasta ese momento en la Historia de España del siglo XX, los ciudadanos no habían acogido una guerra con entusiasmo y siempre habían tenido lugar motines o protestas pacifistas como en el caso de las campañas coloniales en Africa o después de la Segunda Guerra Mundial con la presencia española en la Guerra de los Balcanes o la Primera Guerra del Golfo Pérsico. Sin embargo, fue la aventura de la División Azul la única ocasion de ese siglo en que España se lanzó con emoción a dicha gesta bélica acompañada por explosiones de ciudadanas a favor.

Desde el mismo día 26 de Junio, la Vicesecretaría de Educación Popular de Falange abrió sus sedes para que los falangistas se alistaran en la División Azul por toda España, al mismo tiempo que el Ejército Español mandaba directrices a las diferentes regiones militares para reclutar profesionales. Finalmente con toda la gran cantidad de voluntarios, contando los millares que fueron rechazados por Alemania, hubieran bastado para hacer hasta 10 divisiones. Lo cierto es que no era la primera vez que esto se hacía en España, ya en la Guerra de Independencia Española (1808-1813), voluntarios españoles “afrancesados” se habían alistado en el Ejército Francés del Rey José Bonaparte que gobernaba la Península Ibérica y habían marchado a combatir a Rusia por el ideal de la Revolución Francesa. El perfil de los voluntarios se repartió de la siguiente manera:

-Falange: Los falangistas fueron el sector mayoritario de la División Azul, ya que ellos eran el único sector fascista de la España Nacional que se identificaba con la Alemania Nacionalsocialista o la Italia de Benito Mussolini. A penas tuvo participación la Vieja Guardia formada por falangistas de antes de la Guerra Civil, ya que la mayoría habían muerto o al haber ya luchado contra el comunismo consideraban saldada tal deuda. Un total del 60% de los efectivos de la División Azul eran falangistas, es decir, los más numerosos.

-Militares: Fue importante el alistamiento de militares profesionales del Ejército Español y de los mandos, los cuales dirigirían la División Azul al completo. Sin embargo no faltaron los generales como Alfredo Kindelán que aseguraron que sus tropas al cien por cien querían ir voluntarias sin ni siquiera habérselo preguntado, algo falso pues en comparación con las numerosas organizaciones civiles los militares fueron pocos. A pesar de todo 15.000 militares se presentaron, de los que serían aceptados 8.000 de ellos, es decir, lo equivalente a un 40%. Uno de los motivos principales de los militares era hacer carrera en el Ejército Alemán, la Wehrmacht, por aquel entonces el más poderoso, moderno y más prestigioso ejército del mundo.

-Monárquicos de la Casa Borbón: De ideología monárquica autoritaria para entronizar al Príncipe Alfonso de Borbón, numerosos fueron los realistas que quisieron luchar contra el comunismo, ideología definida como republicana.

-Carlistas: Monárquicos del signo contrario dirigidos por Manuel Fal Conde que pretendían entronizar a Francisco Javier de Parma, decidieron ir a Rusia a luchar por las mismas razones que los borbónicos. La mayoría eran de las regiones de Navarra y País Vasco.

-Milicia: Banderas de Falange como se conocía a la Milicia en la Guerra Civil Española, esta unidad paramilitar falangista independiente del Estado aportó cuantiosos voluntarios.

-Frente de Juventudes: Organización civil que encuadraba a la juventud española, fue un reguero de voluntarios, entre ellos su líder Enrique Sotomayor.

-Sindicato de Estudiantes (SEU): Eran sindicalistas de Falange en las distintas universidades españolas que emociandos ante la perspectiva de una cruzada bolchevique se enrolaron hacia Rusia.

-Acción Católica: A través del Vaticano, la organización Acción Católica que englobaba en España a todos los religiosos cristianos católicos, promovió la lucha contra el mismo ateísmo soviético que había quemado iglesias en España, mensaje que captó gran cantidad de voluntarios.

-Ex-prisioneros: Muchos fueron los presos que por causas geográficas en la Guerra Civil habían sido metidos en la cárcel por los comunistas, por lo que iniciado el conflicto en Rusia tenían la oportunidad de vengarse.

-Izquierdistas arrepentidos: Muchos eran los voluntarios de un marxismo moderado como Izquierda Republicana o Unión Republicana que habían sido perseguidos por los comunistas del Frente Popular en la Guerra Civil, los cuales, desengañados con su ideología se alistaron en la División Azul.

-Portugueses: Hasta 76 voluntarios de Portugal se encuadraron en la División Azul, la mayoría de las milicias “Viriatos” de la Guerra Civil, formando en su cuerpo la llamada Legión Verde.

-Rusos Blancos: Durante la Guerra Civil Rusa (1917-1924), muchos rusos del Ejército Blanco se exiliaron en Europa o España. Algunos de ellos nacionalizados españoles se enrolarían en la división como intérpretes entre los soldados y la población rusa.

-Hispano-germanos: Algunos españoles de origen alemán o alemanes nacidos en España se alistaron también en la División Azul para hacer de intérpretes entre germanos e hispanos.

-Otras causas: Aunque en menor grado hubo causas económicas en el alistamiento, aventureros, individuos que querían pasar desapercibidos ante un crimen por la justicia, enrolamiento espontáneo por la emoción de las manifestaciones, motivos personales como ruptura con la novia e incluso algún envalentonado se encuadró para que no le llamaran cobarde sus amigos.

Gran Bretaña y en especial su Primer Ministro Winston Churchill, le preocupó de sobremanera la creación de la División Azul, ya que veían en esa unidad una futura fuerza de invasión a Gibraltar. Como contramedida la Radio BBC lanzó en sus locuciones de español innumerables mentiras como que los alemanes iban a emplear a los españoles como carne de cañón. También se pagó en dólares secretos a más de 20 oficiales anglófilos del Ejército Español para que boicotearan la recluta de voluntarios. A pesar de todo estas medidas nunca funcionaron.

A los 20 días de producirse el ataque alemán a la URSS, ya se habían reclutado 19.000 voluntarios españoles. La concentración de tales contingentes se hizo por toda la geografía de España y también la colonia de Marruecos. El alistamiento fue estricto, pues se rechazaron en los exámenes médicos hasta 2.500 solicitudes. En ese plazo recibieron instrucción militar por parte del Ejército Español, en especial muchos falangistas que nunca habían combatido en una guerra como cuerpo profesional, ya que Falange en la Guerra Civil actuó como milicia. El sueldo pagado era el de 7,5 pesatas diarias. Agustín Muñoz Grandes, veterano de las guerras en Africa como Franco y superviviente de una cárcel republicana en el conflicto civil, fue el general designado para dirigir la División Azul.

Decir adiós a los voluntarios españoles de la División Azul se convirtió en una gran ceremonia a nivel nacional. Por todas las ciudades se organizaron homenajes y orquestas en honor a los voluntarios que hasta el embarque a los trenes fueron escoltados por familiares. La Estación de Atocha de Madrid recibió la manifestación más multitudinaria de miles de personas que se acercaron a saludar a los voluntarios.También la de Barcelona fue una de las más grandes despedidas. Si el recorrido de los trenes se hacía por varias estaciones, en cada una de estas les esperaban homenajes. Sin embargo todo fue diferente en la Francia Ocupada, ya que algunos franceses les abuchearon en el recorrido Hendaya-Burdeos-Tours-Nancy-Estrasburgo. Cuando llegaron a Alemania cientos eran las personas que los esperaban agredecidas al ver que unos extranjeros venían a ayudarles, en algunos carteles de las estaciones se podía leer: “El ejército alemán saluda a los voluntarios españoles”.

Varios grupos, hasta un total de 19 contingentes españoles, fueron llegando al Polígono Militar de Instrucción de Grafenwöhr entre el 17 y 23 de Julio de 1941 para recibir el último curso de adiestramiento militar antes de partir al frente. Bajo nombre de 250ª División Española de la Wehrmacht se integró a la División Azul en las Fuerzas Armadas Alemanas (Heer). El Cuartel General y la Plana Mayor se repartieron las tareas: información; operaciones; servicios; jefaturas de armas de artillería e ingenieros más servicios con sanidad, intendencia, municionamiento, veterinaria, justicia, intervención, automovisilmo y eclesiástico. En el ámbito de la infantería se levantaron los 262º, 263º y 269º Regimientos con tres batallones cada uno. El 250º Regimiento de Artillería contó con cuatro grupos de obsuses entre los que había cañones que oscilaban entre los 37 y 150 milímetros. Se crearon también los 250th Batallones de Reserva Móvil, Transmisiones y Zapadores; los 250º Grupos Antitanque, Esploración, Sanidad, Transportes, Intendencia; las 250ª Secciones de Gendarmería y Correo Militar; la Compañía de Esquiadores y la 250ª Compañía Veterinaria. Hubo también pequeños destacamentos de enfermeras españolas, el único contingente femenino. El transporte se realizaba mayormente de manera hipómovil con 5.610 caballos que estiraban carros, aunque en el parque de vehículos había un 48% de coches, 38% de motocicletas y un 14% de camiones. Llegó a haber hasta un servicio periodístico con el periódico semanal para la División Azul llamado Hoja de Campaña, del cual se hicieron los 18.000 ejemplares de los 106 números imprimidos en la tipografía de Riga, tirada militar que incluía noticias políticas, culturales, fotografía de chicas guapas, chistes, crucigramas o los resultados de la liga de fútbol española. Lo más destacado en la propaganda fue el espacio de radio de Celia Giménez Costeira, jefe de la Sección Femenina de Falange en Alemania, que desde Radio Berlín se convirtió en la <> de la División Azul emitiendo varios programas radiofónicos al diario para los soldados.

Todo el moderno equipo del que disfrutaron los españoles les sorprendió, incluidas las instalaciones militares alemanas con habitaciones en algunos casos individuales, muy diferentes a las hacinadas naves de España. Desde el principio hubo discrepancias entre alemanes y españoles respecto a todo tipo de cosas. El primer punto fue el igualitarismo de la Wehrmacht en el que oficiales y soldados se trataban al mismo nivel y comían el mismo rancho sin ser posible además los castigos físicos; todo lo contrario del Ejército Español en el que los oficiales disfrutaban de más comida y lujos que la tropa, la cual tenía unos derechos mínimos, algo que causó fricciones entre los oficiales y soldados, ya que los primeros no soportaban ver como eran igualados al mismo nivel según el sistema militar alemán. Las tensiones también surgieron entre los mandos “africanistas” veteranos del Protectorado de Marruecos de la Legión con los falangistas, estos últimos de una mentalidad más civil y política. Otro inconveniente fue la actitud española, pues normalmente se paseaban por las calles alemanas con la guerrera desabrochada o con las manos en los bolsillos, algo que enojaba a los oficiales alemanes. Fue difícil acostumbrarse a tantos lujos, también a las mujeres alemanas de las que saldrían algunos matrimonios, ya que muchos se sintieron atraidos por la diferente libertad sexual alemana de la que era muy fácil ligar, nada similar en comparación con la restrictiva religiosidad de las españolas.

Acortada la instrucción a un mes, el 31 de Julio de 1941, todos los divisionarios españoles juraron lealtadad en un acto oficial a la figura de Adolf Hitler como Comandante en Jefe de la Wehrmacht y a Francisco Franco como Caudillo de España. De todas formas ya hubo oficiales españoles en el frente antes de eso, concretamente en la Batalla de la Bolsa de Uman en Ucrania para estudiar las tácticas operativas alemanas, lugar en la que ya se repartió la primera Cruz de Hierro a un hispano. Además se tuvo pensado desde el principio que el área de operaciones de la División Azul fuera el Cáucaso, teniendo asignada también sus futuras tareas de ocupación para cuando llegara la victoria, plan que posteriormente sería desechado. El 1 de Agosto el general Muñoz Grandes se entrevistó con Hitler para ultimar las detalles finales.

Al comenzar Agosto la División Azul comenzó a partir hacia el frente. Desde Grafenwöhr fueron a Suwalki en la Polonia Ocupada, y de allí a bordo de 66 convoyes ferroviarios hasta Grodno en Lituania. Fue en Grodno donde la División Azul contabilizó las primeras bajas mortales al explotar una bomba terrorista de células comunistas, odio de las minorías eslavas contra los invasores que en parte comprendían los españoles, pues por cada plaza que pasaban se encontraban con gente ahorcada en público como polacos o judíos, algo inexplicable para los hispanos que consideraban que aquellas personas podían ser buenos aliados contra el comunismo y no enemigos. De todas formas en Lituania se codearon con algunos voluntarios de policía lituanos en Lida y Vilna que también luchaban contra el comunismo como ellos, un buen ejemplo de lo que la amistad en la cruzada anti-bolchevique podía hacer. Entonces a pié entraron en Bilorrúsia, pateando el país a través de Molodezno, Misnk, Borisov y Orsha para pasar definitivamente a Rusia por Smolensko, ruta que hicieron caminando a lo largo de 900 kilómetros, exactamente la misma longitud que España de punta a punta. Acercándose a Moscú, capital del comunismo, la División Azul recibió la orden de detenerse y subir hacia el Norte en dirección a Leningrado para reforzar el asedio sobre la urbe. A regañadientes, los españoles aceptaron ir a Leningrado y tomaron la ruta hacia Vitebsk, para luego ser transportados en tren desde Dno hacia la Rusia Septentrional. Durante el treyecto y las frecuentes paradas, los españoles hicieron comercio con la población local y hasta con judíos, estos últimos quedaron encantados con los hispanos al ver que eran buenos con ellos y les daban comida, aspecto que no podían contar de los alemanes. A pesar de todo hubo incidentes como un robo en Novo-Sokolni, ya que unos españoles tenían frío y no se les ocurrió otra cosa que arrancar los tablones de madera de las casas de los vecinos para usar como leña. Por fin, a partir del 7 de Octubre comenzaron los divisionarios a llegar a su destino en el Frente de Leningrado, junto al Lago Ilmen, concretamente a orillas del Río Voljov. Definitivamente el 12 de Octubre de 1941, coincidiendo simbólicamente con el Día de la Hispanidad y la Virgen del Pilar, toda la División Azul al completo quedó desplegada en el frente.

De la siguiente forma quedó desplegada la División Azul en el sector de Novgorod: El 269º Regimiento de Infantería en la orilla occidental del Río Voljov; sobre la isla entre el Gran Río Voljov y el Pequeño Río Voljov se asentaron los 262º y 263º Regimientos de Infantería; el Grupo de Exploración acampó junto al Lago Ilmen; y por último los 250º Regimiento de Artillería, el Grupo Antitanque y los Batallones de Zapadores y Reserva quedaron en la retaguardia. Fue el día 20 de Octubre cuando la División Azul entró en combate, realizando una exitosa ofensiva que conquistó las aldeas soviéticas de Russa, Sitno, Tigoda, Dubrovka y Nitlikino. Sin embargo no pudieron tomar Smeisko y Muraveskai, aldeas frente a las cuales los españoles fueron detenidos por los soviéticos. Allí los hispanos sufrieron las primeras bajas que resultaron más elevadas de las previstas, ya que los rusos se infiltraban en los bosques y zonas pantanosas de alrededor atacando por los flancos y la retaguardia de sorpresa, algo que les desconcertaba. A pesar de todo el ánimo creció cuando el día 21 de Octubre visitó en la línea de frente a la División Azul el general José Moscardó, héroe en la defensa del Alcázar de Toledo durante la Guerra Civil.

Possad fue el siguiente destino de la División Azul en Novgorod el 8 de Noviembre, un sector boscoso situado a 12 kilómetros de las posiciones iniciales del Río Voljov hasta el Monasterio de Otensky donde tomaron posición todos los voluntarios. La defensa rusa fue tal, que el 9 de Noviembre los divisionarios quedaron prácticamente rodeados por las infiltraciones soviéticas a través de los bosques. La lucha hispano-rusa se extendió prácticamente hasta Chevelevo, una curiosa pugna de titanes en la cual los españoles peleaban cantando canciones como Canción del Legionario, El Himno de Infantería, Oriamendi o el Cara al Sol. Fue en este encuentro cuando el general Muñoz Grandes dijo la famosa frase: “Defendad Possad como si fuera España”. La 1ª Compañía del 269º Regimiento de Infantería compuesto por estudiantes universitarios madrileños del SEU, estuvo a punto de ser destruida de no ser porque el 17 de Noviembre recibió el relevo de tropas alemanas; sobreviviendo únicamente 187 hombres entre 7 oficiales y 180 soldados. Dentro de esa misma lucha, fue condecorado con la Cruz de Hierro el famoso poeta español Dionisio Ridruejo Jiménez.

Con la contraofensiva soviética en Moscú que se extendió a lo largo de todo el Frente Oriental, la División Azul inició repliegue al margen occidental del Río Voljov el 7 de Diciembre de 1941, posición en la que estaría más protegida de cara al invierno ártico. La misma fecha de dicho repliegue, coincidió con el ataque de Japón a Pearl Harbor, lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Ese acontecimiento cambió todo el planteamiento inicial de la División Azul, la cual pasó de ser de una fuerza militar destinada para una campaña corta, a una prevista para una guerra larga y de desgaste. Hasta ese momento la División Azul había encajado 368 bajas entre 109 muertos y 259 heridos.

Mala fortuna tuvieron los españoles de la llamada Posición Intermedia, una guarnición de la División Azul rezagada para cubrir el repliegue a la retaguardia en Navidad, que se quedó en la línea de frente junto a otros contingentes en Chutiny y la Posición Alcázar. El Día de Navidad las avanzadillas del Ejército Rojo en oleadas atacaron la Posición Intermedia y la conquistaron, haciendo que se rindieran los españoles, a continuación lo sucedido fue de lo más trágico, pues los soviéticos los asesinaron a todos sin excepción y después clavaron sus cuerpos como trofeos con picos en el suelo. Cuando la noche del 26 al 27 de Diciembre, un grupo de españoles contraatacó desde Udarnik y recuperó la Posición Intermedia, no dieron crédito a lo que vieron, pues fue muy duro encontrarse de esa manera a los cadáveres de sus compañeros asesinados. Justo en ese instante los soviéticos regresaron al asalto para arrebatarles una vez más la Posición Intermedia, pero los españoles con ansias de venganza y espíritu de sacrificio por ver lo que les sucedería si se rendían, resistieron con ametralladoras y rechazaron una oleada soviética tras otra matando a centeneres de rusos, los cuales derrotados tuvieron que retirarse.

La Navidad de 1941-1942 fue una de las más frías para la División Azul, la cual tuvo que soportar bajas temperaturas por debajo de los -30º C que provocaban casos de congelación y que las armas no disparasen en ocasiones. Hubo 103 casos de hospitalizados por congelaciones. Por suerte en todos los rincones de España se realizó una colecta voluntaria de 18.000 abrigos que llegaron inmediatamente al frente, gracias a que los alemanes dieron prioridad al cargamento de ropa invernal española como gesto de buena voluntad. También llegó al frente un aguinaldo de Navidad recaudado en España, aunque con un poco de retraso por problemas logísticos. Entre los regalos de aguinaldo que llegaron a la División Azul estaban un equipo de pasamontañas completos que el Ejército Nacional había arrebatado de un depósito de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil, las cuales se habían fabricado en la URSS y ahora portaban los españoles contra esta.

Al finalizar la Navidad, el 7 de Enero de 1942 el Ejército Rojo se lanzó a la ofensiva contra el sector entre Novgorod y el Lago Ilmen. En este ataque toda una guarnición alemana quedó asediada en Vsvad, y como la División Azul era la única fuerza disponible se escogió a la Compañía de Esquiadores para liberarla. Para ello los esquiadores españoles tuvieron que atravesar el Lago Ilmen congelado el 10 de Enero, esquivando las grietas bajo unas temperaturas glaciares de -50ºC bajo cero. El trayecto duró 24 horas hasta el día 11, causando baja por congelación 102 esquiadores, hasta que por fin llegaron a tierra firme en la aldea de Ustrika. De allí, ayudados por algunos voluntarios nacionalistas letones, atacaron el cerco sobre Vsvad el 12 de Enero. Los alemanes asediados coordinaron un asalto desde dentro del asedio para unirse a sus liberadores hispano-letones que presionaban desde el exterior. Los asaltos se prolongaron hasta el 21 de Enero, cuando por fin los rusos se retiraron vencidos y los españoles liberaron a sus camaradas alemanes. Únicamente salieron indemnes 12 hombres de la Compañía de Esquiadores, ya que 188 de los 200 iniciales causaron bajo por muerte, heridas o congelaciones.

No se presentó nada fácil para los españoles el invierno de 1942. La División Azul se desplegaba en el Río Voljov conteniendo bajo condiciones climáticas muy adversas los interminables ataques del Ejército Rojo contra sus líneas que todavía permenacían seguras. Grandes habían sido las pérdidas españolas de la División Azul y también muchos eran los voluntarios que seguían queriendo alistarse. Franco viendo el entusiasmo que despertaba aprobó la creación de otra unidad española que debía llamarse 2ª División Kaki, pues la primera tenía el color “azul” falangista y la nueva debía llevar el “kaki” del ejército, ya que iba a ser encuadrada por soldados profesionales. El general Varela en España se encargó de los preparativos, abriendo centros de reclutamiento en las ciudades de Zaragoza, San Sebastián, Valladolid, Guadalajara, Logroño y Calatayud. Sin embargo, para cubrir las pérdidas de la División Azul, terminó por fusionarse la 2ª División Kaki con la primera. Aquel invierno los nuevos contingentes fueron llegando a los acantonamientos de Logroño y Calatayud, para luego ser enviados hacia el Tercer Reich; acomodándose en el Polígono de Instrucción de Auerbach y en los cuarteles de Hof. Los nuevos 16.502 voluntarios que se integraron en el Río Voljov, fueron más numeros que los que se fueron o habían causado baja, un total de 9.000 de ellos.

La mayor ofensiva soviética contra el Río Voljov tuvo lugar en Febrero de 1942, estrenándose en el combate el 2nd Batallón del 262º Regimiento de Infantería sobre las guarniciones de Mal Samosche y Bol Samasche el día 10, mientras que el 250th Batallón de Reserva Móvil hizo lo mismo en Krutik el 2 de Marzo. Decisivo fue el avance del 2nd Batallón del 269º Regimiento de Infantería por la carretera Novgorod-Chudovo que consiguió enlazar el día 19 de Marzo con sus camaradas alemanes, letones y voluntarios anticomunistas de Holanda; encerrando de este modo al Ejército Rojo dentro de una bolsa. Hasta Marzo los soviéticos intentaron escapar de la bolsa mientras la nieve se derretía y aparecían zonas pantanosas que mosquearon a los españoles por culpa de las innumerables plagas de mosquitos. El general Muñoz Grandes recibió el 13 de Marzo de manos de Hitler la Cruz de Caballero por su impecable colaboración. Por la actuación en el Voljov, antes de que la batalla terminara, Hitler en un discurso público agradeció el servicio de los españoles. Finalmente, el 28 de Junio de 1942, todos los soviéticos en la Bolsa del Voljov fueron destruidos y los españoles junto a los alemanes, letones y holandeses, salieron victoriosos tras una batalla magistral.

A partir de Julio de 1942, en coordinación con la nueva ofensiva de verano de la Wehrmacht, la División Azul fue traslada al Asedio de Leningrado. Frente a la ciudad, urbe en la que había nacido el bolchevismo, la División Azul se desplegó entre Alexandrovka y el Lago Izhora, siendo en aquel preciso instante la fuerza militar más numerosa del Eje en el Grupo de Ejércitos Norte. A pesar del poderío con que contaba la División Azul, la batalla fue estática al ser un asedio. La infantería tuvo pocas acciones, más que algún duelo de francotiradores o tiroteos. Realmente quién llevó el peso de la lucha fue el 250º Regimiento de Artillería localizando, bombardeando y destruyendo baterías soviéticas enemigas distribuidas por Leningrado. Para atender a los españoles heridos se estableció un hospital con 2.000 camas en retaguardia. Otros hospitales para cubrir el gran número de bajas se distribuyeron en Porjov, Riga, Vilna, Königsberg y Hof.

Mientras la División Azul estaba en Leningrado, unos veternaos que regresaban a España provocaron un grave incidente el 15 de Agosto de 1942. Todo ocurrió cuando un divisionario llamado José Domínguez Muñoz acompañado de unos falangistas, entraron en el santuario de Begoña donde un grupo de carlistas y militares, hacían misa con el general Varela. Dentro del templo se escucharon insultos a Falange y a Franco, entonces, como represalia Domínguez lanzó una granada que hirió a varias personas. Enojado, Varela interpretó el suceso como un ataque de la Falange y la División Azul hacia él y hacia el Ejército Español. Para resolver el conflicto Franco decretó el fusilamiento de Domínguez, ejecutado el 1 de Septiembre.

A medida que transcurría la campaña de Rusia, los españoles de la División Azul disfrutaban de los lujos de aquella Europa dominada por el Eje. Así nació la Jefatura de Servicios de Retaguardia. Se levantaron servicios de retaguardia para españoles a lo largo de todo el continente en Tallin (Estonia), Riga (Letonia), Vilna (Lituania), Königsberg (Prusia), Hof (Alemania) y París (Francia). Como el transporte ferroviario y el alojamiento eran gratis, los hispanos viajaban por Europa en sus ratos libres como si estuvieran en el parque de su barrio: un día se iban a Ucrania, otro a Austria, Italia, Noruega o Francia, entre otros, en busca de turismo cultural o simplemente pasárselo bien. No faltaban las reyertes con los soldados alemanes en bares y tabernas, normalmente a causa de chicas. Como la Policía Militar Alemana no podía juzgar a los españoles al ser de otro país y estar sujetos a distintas leyes, fue necesario desplegar contingentes de la Guardia Civil venidos desde España por toda Europa desde la Rusia Ártica hasta la frontera con Francia, el mayor despliegue de este cuerpo policial español en su Historia.

A finales de año el general Muñoz Grandes fue sustituido definitivamente como comandante de la División Azul por el nuevo general Esteban Infantes. Muñoz Grandes se pudo ir con la cabeza bien alta, ya que además de los 881 soldados alemanes que ostentaban la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, fue él unico miembro de la División Azul que la consiguió, de hecho la lista por nacionalidades en la que tenía el honor de estar había sólo 4 rumanos, 2 japoneses, 1 finlandés y 1 español, este último él.

Stalin quiso abrir una ruta a Leningrado a principios de 1943 por la que pudiera llegar más comida, pero como siempre se toparía con la espina clavada de la División Azul. El 2nd Batallón del 269º Regimiento de Infantería con 550 hombres fue transportado en camiones del 20 al 21 de Enero hacia Mga y Sinvavino para ocupar la zona por la que el Ejército Rojo quería pasar hacia Leningrado, desplegándose exactamente en la región montañosa de los Altos de Sinvanino. No fue hasta las 9:45 horas del 22 de Enero cuando el Ejército Rojo arremetió contra los españoles, que tuvieron que huír hacia Mga dejando a numerosos muertos por el camino. Sin embargo al día siguiente, sin haber dormido ni comido en 48 horas y con un frío de -30º grados bajo cero, los españoles contraatacaron y reconquistaron los Altos de Sinvanino matando centenares de soviéticos. Pero eso no fue todo, pues tras recuperar la posición original, los hispanos siguieron avanzando y penetraron en territorio enemigo conquistando varios kilómetros de Rusia. La contraofensiva española finalmente se detuvo a las 00:00 del 24 de Enero con una brillante victoria para la División Azul. Concluida la batalla, el 2nd Batallón del 269º Regimiento había tenido 124 muertos (6 oficiales y 118 soldados), 211 heridos (13 oficiales y 198 soldados) y 66 bajas por congelación o desaparición (2 oficiales y 64 soldados). A pesar de todo el Ejército Rojo tuvo más de 1.000 bajas y gracias a los españoles no pudo socorrer Leningrado.

Desde que la victoria en Stalingrado había tenido lugar contra el Grupo de Ejércitos Sur en el Río Volga y el Cáucaso, Stalin quería repetir la experiencia atacando al Grupo de Ejércitos Norte y de paso liberar el largo asedio de Leningrado. Para ello era necesario tomar el vital ferrocarril Leningrado-Moscú, siendo elegido el sector de Krasny Bor, misión denominada “Operación Estrella Polar” que comandaría el mejor mariscal de la URSS, Georgi Zhukov. Los alemanes que ya habían previsto anteriormente el lugar de la ofensiva soviética, destinaron a la División Azul allí. Se colocaron frente a primera línea en el siguiente orden los 263º y 269º Regimientos de Infantería, el 250º Grupo de Exploración, el 250th Batallón de Reserva, el 262º Regimiento de Infantería y la 250ª Compañía de Esquiadores. Mientras tanto en reserva quedaron el 250º Grupo Antitanque que se equipó con tres cañones de 75 milímetros y la Plana Mayor con el general Esteban Infantes a la cabeza ubicó el puesto de mando en la pequeña ciudad de Raykolovo. El total de efectivos de la División Azul para la Batalla de Krasny Bor era de 5.000 españoles.

A las 6:45 horas del 10 de Febrero de 1943, más de 1.000 cañones soviéticos abrieron fuego contra la División Azul en Krasny Bor, seguido por el asalto en hileras cerradas de 44.000 soldados rusos y 117 tanques del tipo T-34, KV-1 y T-26. Aunque la fuerza era abrumadoramente mucho mayor, el Ejército Rojo en Krasny Bor sufría de muchos inconvenientes como la formación apiñada de sus tropas, fáciles de abatir por las defensas enemigas, y también que la mayoría de soldados habían bebido vodka, estando borrachos o con resaca a la hora de la batalla. Los españoles no vacilaron en cuanto vieron a la impresionante fuerza enemiga y abrieron fuego con las ametralladoras MG-34, masacrando a varias columnas de rusos que llenaron de cadáveres el campo de batalla. Otra ventaja de la que disfrutaron los españoles fue que la combinación soviética entre tanques e infantería, hizo adelantarse a los soldados antes que a los blindados, algo que terminó en una masacre para los rusos. El barro producido por el bombardeo preliminar jugó un importante papel, pues los tanques quedaron estancados en el lodo, lo que ayudó a que algunos españoles destruyeran a unos pocos lanzado cócteles molotov. A pesar del apalizamiento incial, la superioridad numérica rusa terminó por llegar a las líneas españolas. El 262º Regimiento sufrió un auténtico calvario: el 2nd Batallón fue aniquilado por la masa soviética; la 7ª Compañía se retiró castigadísima ante la imposibilidad de mantener la posición; la 5ª Compañía resistió aunque casi desapareciendo como unidad; y la 3ª Compañía fue la única que aguantó la ofensiva, rechazando a los rusos en la vía del ferrocarril Leningrado-Moscú. Por otro lado el 250th Batallón resultó destruido y el contraataque por recuperar las posiciones iniciales de la línea del frente por la 250ª Compañía de Esquiadores terminó en fracaso. Ante el riesgo de ser cercados, se ordenó a la División Azul retirarse entre 3 y 4 kilómetros hacia la misma ciudad de Krasny Bor.

Para mediodía se combatía dentro de la urbe de Krasny Bor, lucha calle por calle entre españoles y soviéticos. Aunque los hispanos cedieron terreno en la ciudad, lo cierto fue que triunfaron a posteriori, pues los rusos no habían podido avanzar con rapidez, algo que permitió a los alemanes empezar a trasladar reservas desde otros sectores hacia Krasny Bor para evitar que se abriera brecha. Allí aguantaron horas el 262º Regimiento, el 250º Grupo Antitanque y el 250th Batallón de Zapadores, siendo ayudados únicamente por aviones bombarderos en picado Stuka que se cebaron contra los rusos. Con retraso de varias horas, llegó por fin el 390º Regimiento Alemán en socorro de los españoles, acompañado por el 659th Batallón Estonio que se componía por voluntarios nacionalistas de Estonia, la Legión Flamenca integrada por voluntarios de Flandes (Bélgica) y la Legión Lituana con independientistas de Lituania. Gracias a dichos refuerzos el avance soviético se frenó definitivamente.

A medianoche del 10 al 11 de Febrero desde el Río Izhora, la División Azul se lanzó al contraataque junto a los soldados alemanes, estonios, lituanos y flamencos, asalto dirigido por el general Esteban Infantes. No se logró desalojar a los soviéticos de sus líneas, pues la resistencia rusa por su parte fue grande. Pero eso permitió reforzar Krasny Bor, haciéndolo inconquistable para los soviéticos, que al final desistieron de continuar con la ofensiva. Al día siguiente la División Azul había cosechado tantas bajas que fue retirada a retaguardia para reorganizarse. La batalla había concluido con un rotundo fracaso de la “Operación Estrella Polar”, y todo gracias a los españoles.

Las bajas de la División Azul en la Batalla de Krasny Bor fueron las más elevadas de España en la Segunda Guerra Mundial con 1.125 españoles muertos, 200 prisioneros y 1.500 heridos. Los periódicos soviéticos y de los Aliados, así como la radio BBC británica, afirmaron que la División Azul había sido destruida, pero por suerte la radio española y la alemana lo desmintieron. Lo cierto fue que en España causó conmoción, pues esa fue la única vez en el siglo XX que el Ejército Español cosechó tantas bajas en una empresa exterior en sólo 24 horas. A pesar de todo, tan decisiva fue la defensa de Krasny Bor que los españoles impidieron no sólo un avance local del Ejército Rojo, sino que evitaron que todo el Grupo de Ejércitos Norte fuera dejado fuera de combate como le había sucedido al Grupo de Ejércitos Sur en Stalingrado.

Terminada la Batalla de Krasny Bor, la División Azul retornó al Asedio de Leningrado en el que se posicionaría hasta el verano de 1943 en una guerra estática. Durante esta etapa tuvo que cubrir las bajas con nuevos efectivos, llegados de España, aunque en esta ocasión no fueron falangistas, ya que Franco reguló a la Falange el envío de voluntarios, prefiriendo que fueran profesionales del Ejército Español. También algunos de los rusos que servían en la División Azul fueron trasladados al Ejército de Liberación Ruso que comandaba Andrei Vlasov, una fuerza eslava antibolchevique que combatía a los soviéticos, esto fue gracias en parte a un veterano ruso de la Guerra Civil Española en el Ejército Nacional llamado Grigori Lamsdorff que negoció la transferencia con Franco. En esa época la división también recibió armamento más moderno como la ametralladora MG-42 alemana y los cañones PaK de 75 milímetros. El 28 de Abril de 1943 Alemania oficializó una condecoración exclusiva para los voluntarios de la División Azul llamada Medalla Conmemorativa para los voluntarios españoles en la lucha contra el bolchevismo (Erinnerungsmeadaille für die Spanischen Freiwilligen in Kampf gegen den bolchewismu). Finalmente los nuevos reclutas incorporados al Frente de Leningrado fueron un total de 7.497 voluntarios, de los cuales un 10% eran ya veteranos que quisieron repetir la experiencia de Rusia.

Uno de los problemas que se planteaba España es que Gran Bretaña y Estados Unidos, con sus ejércitos en el Norte de Africa, exigían que retirara la División Azul de Rusia. El embajador británico Samuel Hoare y el norteamericano Carlson Hayes en Madrid, coaccionaron al nuevo Ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Gómez-Jordana que España retirara la División Azul, dejara de vender wolframio a Alemania y que declarara su postura de la “no beligernacia” a la “neutral”. Como Franco tampoco podía causar porblemas a los alemanes que podían retener a la División Azul por la fuerza, tal y como había pasado con los españoles en Dinamarca en 1808 que servían en el Ejército Francés de Napoleón Bonaparte justo cuando se produjo la invasión gala, el Caudillo tuvo que llegar a un acuerdo para contentar al Tercer Reich y a los Aliados. Lo que se acordó consistía en seguir vendiendo wolframio a Alemania y retirar a la Divisón Azul como parte del Ejército Español para dejar en su lugar una unidad de carácter voluntaria llamada Legión Azul.

La División Azul fue retirada del Asedio de Leningrado el 1 de Octubre de 1943, acantonándose en Oranienbaum el 12 Octubre, donde fue despedida con todos los honores militares. Esteban Infantes recibió de Hitler la Cruz de Caballero y Toledo, su ciudad natal, le nombró hijo predilecto. La marcha a España fue triunfal, se les recibió honorablemente por el Estado y se realizaron misas y agradecimientos a la Virgen del Pilar en Zaragoza.

Muchos se quedaron, más de 2.000 voluntarios conformaron la Legión Azul que se constituyó el 19 de Noviembre de 1943 en Kingisepp, junto a la frontera de Estonia con Rusia, recibiendo el mando el coronel Antonio García Navarro, aunque dicha unidad no quedó incluida en el Diario Oficial del Ejército al considerarse parte de la Wehrmacht como fuerza voluntaria. La estructura incluía el mismo cuerpo interno que la Legión Española, con una 1ª y 2ª Bandera de Infantería, más una 3ª Bandera Mixta.

Desde el 1 de Diciembre de ese año en la misma Kingisepp, la Legión Azul entró en batalla luchando contra los partisanos bolcheviques, tarea que cumplió a regañadientes porque veía con deshonor pelear contra bandas de civiles armados a los que posteriormente los alemanes deportaron. Al mes siguiente, el 15 de Diciembre de 1944, la gran ofensiva lanzada por la URSS contra todo el Grupo de Ejércitos Norte provocó la retirada general de la Legión Azul. La huída de los españoles fue triste y costosa, pues entre la nieve y el barro tuvieron que andar de Kingisepp a Liuban, de allí hasta Luga y Pskov, posteriormente entraron en Estonia a través de Narva y siguieron la línea de ferrocarril hasta la capital de Tallin. Apenas pudo combatir la Legión Azul, pues el 11 de Marzo de 1944, Franco, presionado por los Aliados ante amenazas de invasión a España, ordenó retirar la Legión Azul de Rusia. Enviada a Stablack en Prusia Oriental, el 31 de Marzo de 1944 se realizó el acto de despedida en el que habló públicamente el coronel García Navarro, siendo este último muy crítico con el Gobierno de España al consetir la retirada de los españoles sin haber concluido la cruzada contra el bolchevismo.

Para mediados de 1944 Franco había prohibido la creación de cualquier unidad militar española que participase en la Segunda Guerra Mundial. A pesar de todos varios fueron los españoles que salieron de su país, o presos republicados en la Organización Todt alemana por toda Europa, que se alistaron voluntaria o forzosamente en la Wehrmacht. Mayoritariamente por exiliados, se creó el Batallón Fantasma que operó en los Pirineros y en general sobre Francia contra la Resistencia Francesa y el maquis. Paralelamente el partido de Falange Española con presencia en todos los países del Eje consiguió levantar fuerzas de españoles en las Waffen-SS, concretamente en la 24ª División SS Karstjäger que combatió en Yugoslavia contra los partisanos de Josip Tito. Poco antes de acabar la contienda, el capitán Miguel Ezquerra construyó la Unidad SS Ezquerra con falangistas españoles muy fanáticos de lucharon contra el ejército de Estados Unidos en la Batalla de las Ardenas y que perecieron o fueron capturados en una resistencia heroica sobre Berlín contra el Ejército Rojo en Abril de 1945, defendiendo la misma Cancillería de Hitler. Fue en este momento cuando todas las aventuras en la Segunda Guerra Mundial terminaron para España.

Un total de 45.245 soldados españoles sirvieron en la División Azul (2 generales, 2.372 oficiales, 4.290 suboficiales y 38.685 soldados). Tan elevado era el número que era difícil en España no tener un familiar, amigo o conocido de algún soldado de la División Azul al ser tan numerosa. Murieron hasta un total de 5.000 españoles en la campaña soviética, es decir, el 11% de los efectivos de la División Azul. Otras bajas fueron los 8.000 heridos, 7.800 enfermos y 489 prisioneros.

Ceremonias y desfiles triunfales fueron los homenajes para los veteranos regresados a España. Sin embargo para los 489 prisioneros de la División Azul en los campos de concentración o gulags en la URSS empezaba un auténtico calvario. Se pasaron encerrados en las más terribles condiciones y obligados a realizar trabajos forzados casi ocho largos años. Ni siquiera los 70 que desertaron del frente, ya que eran comunistas que se habían alistado en la División Azul para salir de España y exiliarse en la URSS, muchos del Partido Comunista Español, fueron tratados como prisioneros y acabaron cautivos sin excepción. Perecieron 130 españoles en cautividad y 8 fueron liberados tras lograr las autoridades de los campos hacerlos conversos al comunismo. Finalmente, con la muerte de Iósif Stalin, entre 1953 y 1954 el sufrimiento de los prisioneros tocó a su fin. Todos los divisionarios de la División Azul fueron liberados y enviados a España por un barco de Grecia con bandera de Liberia que zarpó de Odessa llamado Semíramis. En Estambul hizo la primera parada, puerto en el que recogió diplomáticos españoles. Por aquel entonces el Semíramis transportaba 229 divisionarios, 19 desertores, 19 marineros mercantes, 15 alumnos de aviación de la II República y 4 niños de la Guerra Civil. El desembarco se produjo en Barcelona el 2 de Abril de 1954, donde se les acogió en una impresionante ceremonia en la que estaban presentes su antiguo general Muñoz Grandes y el Secretario del Movimiento Raimundo Fernandez Cuesta, además de oficiarse una misa en la Basílica de la Merced. A partir de ese momento los últimos divisionarios pudieron iniciar una vida en libertad y paz.

Durante la post-guerra Franco decidió no exaltar a la División Azul y ocultó lo más posible la participación de España al lado del Eje. Pero en cuanto estalló la Guerra Fría, la División Azul se puso de moda en la Península Ibérica y también fuera de esta. Varios monumentos y calles llevaron los nombres de la División Azul o sus caídos, el caso más destacado fue el nombramiento de <> por parte del municipio de Santa Eugenia en las Islas Baleares. Nacieron también Hermandades de Excombatientes de la División Azul por toda España. Todo aquel que había sido divisionario falangista lucía orgulloso sus condecoraciones y no se cortaba a la hora de reconocer que había estado en Rusia.

Entre las condecoraciones que se dieron durante la campaña de la URSS, a título póstumo o durante la Guerra Fría después de haberse hecho las investigaciones precisas, sitúan a la División Azul como la fuerza militar voluntaria más condecorada de la Segunda Guerra Mundial. El Tercer Reich repartió 150 Cruces de Hierro de 1ª Clase y 2.500 Cruces de Hierro de 2ª Clase, además de las dos Cruces de Caballero a Muñoz Grandes y Esteban Infnates, más las Cruces Alemanes de Oro a los dos anteriores y al general García Navarro de la Legión Azul. España concedió 8 Cruces Laureadas de San Fernando a los divisionarios Jaime Galiana Garmilla, José Pérez Castro, Generoso Ramos Vázquez, José Rubio Moscoso, Salvador Masip Bendicho, Antonio Ponte Anido, Manuel Ruiz de Huidobro Alzurena y Teodoro Palacios Cueto; también 54 Medallas Militares Individuales; y 2 Medallas Militares Colectivas al 2nd Batallón del 269º Regimiento de Infantería y a la 250ª Compañía de Esquiadores. Otras condecoraciones germano-españolas fueron la Medalla a los Sufrimientos de la Patria, Medalla del Mutilado, Distintivo de Heridos, Emblema de Asalto de Infantería, Emblema de Asalto General, Pasadores de Comabte Cuerpo a Cuerpo, Distintivo de Destrucción de Carros, Cruz Alemana, Medalla de Invierno y la Cruz del Mérito.

Diversos autores españoles empezaron a dar a conocer a su división, muchos de ellos veteranos de Rusia por toda la Península Ibérica. De la División Azul nacieron incontables intelectuales, escritores, periodistas, profesores, universitarios, médicos, diplomáticos, políticos, etc. Por ejemplo Miguel Rodrigo Martínez fue Ministro de Asuntos Exteriores y otros se dedicaron a importantes cargos políticos como Labadie Otermín o Adolfo Martín Gamero. Enrique de la Vega Viguera hizo Rusia no es culpable en honor al pueblo ruso sometido al comunismo que colaboró con los españoles, Serafín Pardo publicó Un año en la División Azul, Tomás Salvador División 250, Juan Salas Aquella Rusia y Joaquin Miralles Tres días de guerra y otros relatos de la División Azul. El más famoso historiador español en escribir sobre la División Azul fue Fernando Vadillo, excombatiente que realizó la sextología Orillas del Vojov, Arrables de Leningrado, …y lucharon en Krasny Bor, Balada final de la División Azul, Los irreductibles y Los prisioneros. A nivel de los reprimidos falangistas en el gulag soviético tras se capturados está Embajadores en el Infierno del capitán Teodoro Palacios. Otro destacado literato fue el falangista Dionisio Ridruejo con Los cuadernos de Rusia. El cine fue un arma propagandística de la División Azul, entre los diversos films que se grabaron estaba La patrulla de Pedro Lazaga, La Espera de Vicente Llunch, Embajadores en el Infierno de José María Forqué y Silencio en la Nieve de Gerardo Herrero. Unos de los primeros extranjeros en valorar la División Azul fueron los historiadores alemanes, entre ellos estaban Werner Haupt Paul Carrell, Hans Neulen o el general alemán Burkhart Müller-Hillebrand con su libro sobre voluntarios euro-asiáticos Germany and its Allies in Worl War Two. A record of Axis Collaboration Problems, los cuales destacan que fue decisivo el papel español en las operaciones del Grupo de Ejército Norte. En el mundo anglo-sajón de Gran Bretaña y Estados Unidos muchos defendieron a la División Azul como Edgar O’Ballance, John Scurr, Raymond Proctor, Gerald Kleinfeld o Lewis Tambs. Incluso la opinión del enemigo era buena, pues en el Diario de Operaciones del LII Ejército Soviético, afirmaba lo difícil que fue para el Ejército Rojo enfrentarse a los españoles, soldados del mismo nivel que los alemanes o incluso más.

Al finalizar el franquismo tras la muerte de Franco (1975) e imponerse la democracia en España (1978), la División Azul siguió aumentando su prestigio nacional e internacional. Todavía los divisionarios tendrían una última aventura, pues dos de ellos serían cabezas en el Golpe de Estado del 23-F (1981), eran los generales Milans del Bosch y Alfonso Armada; estando por el contrario el exdivisionario y también general José Aramburu Topete a favor de la democracia y del Rey Juan Carlos I, que no dudó en enfrentarse a sus dos antiguos compañeros para convencerles de que desistieran.

Cuando se inició la década de los 90 del siglo XX, se levantó un monumento oficial al divisionario desconocido que se enterró en el Cementerio de la Almudena de Madrid, también en esta época se creó el Museo de la División Azul. El 25 de Junio de 1990 todas las hermandades de veteranos se fusionaron en la Fundación División Azul. Fue en esos mismos años con la caída de la URSS y el fin del comunismo en Europa (1991), cuando se levantó un monumento en Rusia a los caídos de la División Azul ubicado en Pankovka. Hubo varios casos sorprendentes entre antiguos enemigos, por ejemplo en el año 2005 en Rusia, en el desfile del 60ª Aniversario de la Victoria sobre San Petesburgo (antigua Leningrado), los veteranos españoles marcharon junto a los veteranos soviéticos de la Batalla de Krasny Bor con total camaradería y afecto, incluso la delagación de la División Azul regaló a los excombatientes del Ejército Rojo un cuadro de damasquino toledano de Don Quijote y Sancho Panza.

La División Azul fue la unidad militar de tipo “división” de la que más se escribió en el siglo XX. Su gran capacidad táctica y profesional en el arte de la guerra la hicieron ser estudiada por muchos militares contemporáneos de la época. También causa admiración el sentido del honor existente en la División Azul, pues jamás cometió un crimen de guerra, y es más, en ocasiones los voluntarios españoles ayudaron a aquellos civiles rusos e incluso judíos que eran perseguidos por los alemanes, por esa razón en Rusia siempre se guardó un buen recuerdo de ellos. Sea como fuese, la División Azul fue una las gestas bélicas más románticas y espectaculares que la Historia de España pueda ofrecer y en la que todos sus protagonistas serán eternamente recordados con humanidad, gloria y heroísmo.





HIMNO DE LA DIVISION AZUL

Con mi canción
la gloria va
por los caminos del adiós,
que en Rusia están
los camaradas de mi División.

Cielo azul
a la estepa desde España llevaré,
se fundirá la nieve
al avanzar, mi capitán.

Vuelvan por mí
el martillo al taller,
la hoz al trigal.
Brillen al sol
las flechas en el haz
para ti,
que mi vuelta alborozada has de esperar
entre el clamor
del clarín inmortal.

En la distancia queda
gozo del hogar
con aires de campanas,
vuelo de la paz.

Resuenan los tambores;
Europa rompe albores,
aligerando nubes
con nuestro caminar.

Con humo de combate
yo retornaré,
con cantos y paisajes
que de allí traeré.

Avanzando voy;
para un mundo sombrío
llevamos el sol;
avanzando voy
para un cielo vacío
llevamos a Dios.

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