domingo, 9 de noviembre de 2014

VICENTE ROJO, EL GRAN ESTRATEGA


Vicente Rojo Lluch (n. Fuente la Higuera (Valencia) 8 de octubre de 1894 - f. Madrid, 14 de octubre de 1966) fue un militar español jefe del Estado Mayor del Ejército republicano durante la Guerra Civil Española. Es conocido por su participación al frente de las fuerzas del bando republicano durante la Guerra Civil Española en la defensa de Madrid, así como en la planificación operativa de la Batalla del Ebro, (ocupando ya el puesto de General del Estado Mayor), la Brunete, y finalmente el Plan P. A pesar de estar en el bando republicano, él mismo se definió como católico, apostólico y romano.

Al finalizar la Guerra estuvo exiliado en diversos países: Francia, Argentina y Bolivia. En el año 1957 logra regresar de nuevo a España y es juzgado por "auxilio a la rebelión" y perdió el cargo militar. Fue autor de diversos libros relativos a la narración histórica de la Guerra Civil Española, así como del entorno social que rodeó al conflicto. Durante su vida, pre y posbélica, ejerció de profesor y publicó diversos libros especializados en diversos campos de la ciencia militar.

Su madre murió cuando Vicente tenía trece años de edad, y él no tuvo opción, fue asignado de inmediato a la institución en representación de internado denominada los Huérfanos de Infantería. Se puede decir que Rojo no eligió la carrera militar, ingresó en esta institución en calidad de huérfano de militar. Agravado por la situación económica de su familia en el año 1911, ingresa en la Academia de Infantería de Toledo.

Una enfermedad en el ojo izquierdo retrasa sus estudios, tras tres años de convalecencia aprende a disimular el problema de su reducción de visibilidad. Vicente pudo pasar estos primeros años gracias a las aportaciones económicas solidarias de sus hermanos mayores. En esta su primera estancia en el Alcázar de Toledo estudiando hizo grandes amistades con algunos de sus compañeros. Su coronel José Villalba Riquelme lo recordaría como un aplicado alumno, del que finaliza sus estudios en el año 1914 con el grado de subteniente, habiendo obtenido el número dos en una promoción de 390 cadetes alumnos de la academia. Franco había acabado años antes, en 1911, los estudios en la misma academia.

Su primer destino se realiza en Barcelona, en junio de 1914 siendo asignado al Regimiento Vergara 57. Era una época complicada de conflictos sociales en las calles barcelonesas. Estuvo conviviendo en la misma casa con su hermano Fernando Rojo, tres años mayor que él. Su hermano trabajaba en la Catalana de Gas y Electricidad y logró mantener su empleo hasta después de la Guerra Civil. Al igual que Vicente se había educado en un orfanato militar de Toledo (María Cristina), sólo que al final no eligió la carrera militar.

Este periodo barcelonés de Vicente fortaleció el vínculo de ambos hermanos. Durante esta época tuvo que enfrentarse como represor a las huelgas catalanas, y por otra parte tenía que oír las versiones de su hermano (que se encontraba en el otro bando). Fernando durante la Guerra se afilió a la UGT, aunque esta actitud era normal durante la guerra por motivos de supervivencia. La penuria económica y el bajo sueldo de Vicente en Barcelona (que correspondía a 35 duros) le obligan a solicitar el destino de Marruecos a la campaña africana de España. El destino de Marruecos era prometedor, el rey Alfonso XIII había concedido ventajas de ascenso en el escalafón a los militares destinados allí. Es muy probable que Vicente quisiera probar suerte.

El 10 de enero de 1915 se incorpora al Regimiento de Infantería de Córdoba nº 10, este destino se encuentra en la mitad de camino entre las posiciones de Ceuta y Melilla en el protectorado español de Marruecos. Este era un lugar en que los militares españoles ambiciosos lograban en un corto periodo de tiempo posiciones altas en el escalafón.1 Tras pasar un periodo de aclimatación en Córdoba el 18 de febrero se incorpora al Batallón de Cazadores Arapiles nº 9, estacionado en Tetuán. Su bautismo de fuego lo tuvo en la ciudad de Laucién, y fue una escaramuza. El 29 de junio de 1916 tuvo lugar una importante operación en la cabila de Anyera, el Batallón de Cazadores de Arapiles tuvo participación en dicha operación.10 Durante este periodo tuvo que realizar diversas operaciones militares, alternó posiciones avanzadas con las de retaguardia, a finales de 1916 fue condecorado con Cruz Roja al Mérito Militar. En junio de 1918 ascendió a Capitán. Participó en la misión de Alcazarseguir en el norte de Marruecos.

En este ambiente militar, Rojo participó en numerosas Juntas de Defensa, dichas juntas eran una especie de tribunales de justicia encargadas de imponer moralidad. La aventura africana no parece lograr en Rojo las satisfacciones deseadas, y tras solicitar cambio de destino el 12 de julio de 1919 se incorpora al Regimiento de Infantería Vergara número 57 ubicado en Barcelona. En sus periodos de permiso que disfrutó en Ceuta conoció a Teresa Fernández, ambos contraen matrimonio en Madrid el 13 de marzo de 1920. Tras casarse es destinado al Batallón de Cazadores de Montaña Alfonso XII número 1 ubicado en Vich, en 1922 tiene su segundo hijo y logra ser destinado como profesor en la Academia de Infantería de Toledo, algo que llevaba deseando desde varios años. La Academia de Infantería era la única institución de enseñanza para los oficiales de la época.

Ascendido a comandante el 25 de febrero de 1936, al estallar la guerra civil, en julio de 1936, se mantuvo leal al gobierno de la República, y fue uno de los militares profesionales que participó en la reorganización de las fuerzas republicanas durante los instantes posteriores al golpe de Estado. La intención recelosa del gobierno de Giral fue la de desmantelar el ejército, finalmente en agosto de este mismo año se reactivan los escalafones militares. No es de suponer que se cuestionase la lealtad de Vicente Rojo ya que desde los primeros instantes fue trasladado a las oficinas del Estado Mayor del Ministerio al mando de Hernández Saravia. Debido a las operaciones de acoso a la Capital desde el norte, el 24 de julio partía a Somosierra para incorporarse a una columna que estaba bajo las órdenes de Enrique Jurado, estuvo destinado hasta el 28 de agosto en Lozoyuela, tras este primer punto de contacto regresó al Estado Mayor. El primer contacto con los milicianos fue muy bien entendido y fue considerado a partir de ese primer destino. Durante esos meses de gran actividad tuvieron que reorganizar un nuevo ejército capaz de enfrentarse con las tropas nacionales que avanzaban por Extremadura hacia la capital, en ese intento se creó la Inspección General de Milicias con el objeto de controlar los batallones de voluntarios. El 18 de agosto llegan las noticias de la toma de Badajoz y de las brutales represiones posteriores por parte del general Yagüe.

Una de las primeras misiones asignadas a Vicente Rojo (en compañía de un miliciano al que denomina simplemente M. en sus papeles) fue la de pactar una rendición al asediado Alcázar de Toledo el 9 de septiembre de 1936, esta misión (propuesta por Largo Caballero) fue ciertamente dura para él, ya que suponía volver a la academia en la que estuvo destinado como profesor durante casi una década. El 8 de septiembre la Junta de Defensa de Toledo (ubicado en la casa de Correos) redacta el mensaje que debe aceptar Moscardó. Rojo sabe de antemano que Moscardó no aceptará las condiciones. Ese 9 de septiembre a las diez de la mañana entra por Puerta de los Carros con los ojos vendados a entrevistarse con Moscardó. Muchos de sus viejos camaradas se encontraban en su interior (entre ellos su antiguo colaborador Emilio Alamán Ortega). La recepción en el Alcázar por el general Moscardó fue fría y protocolaria, escuchó las condiciones y posteriormente permitió que Rojo saludara a sus antiguos colegas. Solicitó la entrada al recinto de un sacerdote para que pudiera hacer sus servicios religiosos en el Interior del Alcázar. Regresó a Madrid e informó en persona a Largo Caballero de lo sucedido.

En octubre de 1936 fue ascendido a teniente coronel siendo designado Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa,
mandadas por el general Miaja, jefe de la Junta de Defensa de Madrid, creada para defender la capital a toda costa después del traslado del gobierno de la República a Valencia. En este puesto preparó un eficaz plan de protección de la ciudad, que evitó su caída. A partir de entonces, su fama como organizador no hizo sino aumentar. Su trabajo se fundamentó en organizar las milicias y que pudieran ofrecer un frente disciplinado ante el avance nacional. Evitar la improvisación y promover en la medida de lo posible la organización en el frente.

El 18 de octubre se crean las seis primeras Brigadas Mixtas. El avance de las tropas nacionales hacia Madrid parecía imparable tras la toma de Toledo por el ejército nacional el 28 de septiembre, tras este incidente en la primera semana de octubre se producen las primeras escaramuzas en Illescas. Vicente Rojo fue designado para detener el avance en esa localidad. El general José Asensio Torrado fue designado para planificar esta operación. Los combates comenzaron el día 20 de octubre y duraron hasta el 24 del mismo mes. Durante el acercamiento Rojo pudo comprobar el caos de la defensa republicana, intentó mejorar las comunicaciones en la localidad de Seseña con el objeto de establecer la logística.

Pronto pudo comprobar que las baterías artilleras eran de calibres muy dispares (del 7.5 y 6.5) y que no estaban bien abastecidas, en la mayoría de los casos las recibidas eran del 6.5. Espontáneos brotes de pánico en los frentes, mala preparación de los milicianos, etc. Rojo se da cuenta al estar en la línea de fuego que había muchas cosas que mejorar, es en esta época cuando conoce a Juan Modesto Guilloto el que será su estrecho colaborador. El día 2 de noviembre se le nombra responsable de la sección de Organización y Movilización en el Estado Mayor.

La marcha del gobierno republicano a Valencia se produce el 6 de noviembre de 1936 pero antes dejan al general Pozas que se haga cargo del Ejército del Centro, y la Junta de Defensa de Madrid al general Miaja, la consigna era: la defensa de Madrid a toda costa. Vicente Rojo, que se encontraba bajo las órdenes de Miaja, se hace cargo de la situación desde el primer instante. El perímetro a defender comprendía entre unos 32 a 35 kilómetros. La defensa de Madrid comienza cuando las tropas del general Varela avanzan hasta rebasar la Casa de Campo el día 7 de noviembre.

Algunos autores describen la situación: "Si el General Miaja era la voz de mando, Rojo era la cabeza pensante y la voluntad organizadora". Cuando el día 8 las tropas nacionales avanzan por la Casa de Campo la defensa ya está organizada. Un contraataque de la Brigada 3 hacia Húmera sorprende el flanco izquierdo de las tropas de Varela que tienen que luchar en un terreno boscoso, en el centro se encuentra estancado el frente. En el flanco derecho se producen escaramuzas en Carabanchel, y el día 9 de noviembre hay combate casa a casa. Se luchaba cuerpo a cuerpo, en algunos casos era difícil remunicionar ciertas zonas. El mismo día 8 Rojo abandona el frente para solicitar a Miaja refuerzos en el frente de Moncloa, éste se niega por reservarlos para una ofensiva en el Jarama. Solicitó permiso para convencer en persona a la primera Brigada de las Brigadas Internacionales que se encontraban destacados en Ciempozuelos donde recibió la misma negativa. A partir del 10 y hasta el 14 el Estado Mayor reconsideró su negativa inicial y empezaron a llegar los refuerzos: dos Brigadas Internacionales (XI y XII) y tres mixtas (la 2ª, 5ª y 6ª).

En estos días la familia de Vicente Rojo es evacuada de la casa cercana al frente (Guzmán el Bueno) a la casa del director de cine Luis Buñuel (Menéndez Pelayo). Poco tiempo tuvo para estar con su familia, mientras vivía en el Estado Mayor acompañado de sus tenientes coroneles más allegados. Sobre la tensión vivida durante esos primeros días de noviembre Rojo escribe en su Anecdotario 103 puntos de los que tan sólo pudo describir los títulos. En ellos refleja los problemas habidos con la Junta de Defensa, con los milicianos comunistas, con la Embajada de Finlandia, las peticiones de munición a Valencia, etc.

El 13 de noviembre Barrón toma el Cerro Garabitas de la casa de Campo. El día 15 Rojo prepara una contraofensiva para recuperar Garabitas y fracasa al coincidir con una violenta ofensiva nacional que provocó pánico entre las unidades republicanas. Las tropas nacionales abren brecha y entran en la Ciudad Universitaria hasta el Hospital Clínico y allí la Brigada 3 al mando de Jesús Martínez de Aragón detuvo el ataque. Ese mismo día una comitiva de Miaja y Rojo a inspeccionar el frente a la altura de la Cárcel Modelo y se vieron involucrados en mitad del fragor. El día 23 de noviembre tras una visita de Francisco Franco desde Leganés decide detener la ofensiva. El frente queda parado en el Clínico. El general Miaja decide frenar la situación caótica existentes en las sacas de presos y los paseos, las checas. Uno de los héroes de este primer enfrentamiento fue Manfred Zalmanovich Stern (conocido como general Emil Kléber) y su personalidad era radicalmente diferente a la de Vicente Rojo. Este denunció ante Miaja lo que se vino a denominar como caso Kléber. En dicho informe de nueve puntos señala las discrepancias que hubo entre ambos. Kléber fue relevado de sus funciones en la defensa de Madrid en enero de 1937. Sin embargo la relación de Rojo con el general ruso Vladimir Gorev fue cordial en todo momento.

El 29 de noviembre de 1936 se abre otra ofensiva con fuerte apoyo de aviación en la denominada la primera batalla de la carretera de La Coruña, esta ofensiva está dirigida por García-Escámez. La resistencia organizada por Rojo logró sus frutos paralizando el frente de nuevo. Se comienza el día trece de diciembre la que será la segunda batalla de la carretera de La Coruña, esta ofensiva muestra una maniobra muy preparada, es de mayor alcance que la anterior y se ve frenada por la niebla, que le imposibilita utilizar su mayor poder aéreo y artillero, y por la obsesión de tomar Boadilla, en donde los republicanos muestran su buena preparación para la defensa. El 14 de enero de 1937 cuando se van extinguiendo los combates en la la carretera de La Coruña el general Pozas intenta aconsejar a Largo Caballero de la necesidad de realizar una maniobra de doble envolvimiento a lo largo del Jarama contra las tropas enemigas con el objeto de romper su línea de comunicaciones.

Rojo sostenía que el ataque simultáneo de Brunete hubiera sido vital debido a lo poco protegido que se encontraba la zona. El 6 de febrero el ejército nacional comienza la ofensiva en un frente que va desde Perales hasta Ciempozuelos. El avance resultó imparable hasta que el día 14 consolida el Pingarrón, lugar en el que se centró la serie de ataques y contraataques hasta que el 23 el general Miaja dio por finalizada la batalla quedando todo en un punto de equilibrio. Tras esta ofensiva se esperaba que otra vendría, hasta que el 8 de marzo se produce un avance en Guadalajara de tropas motorizadas italianas (Corpo Truppe Volontarie) en apoyo de Franco. La ofensiva llega hasta Brihuega el día 10 de marzo. Ese día y en ese lugar en el que se estanca por la resistencia del ejército republicano y las Brigadas Internacionales, contribuyendo el mal tiempo a frenar el avance del gran material bélico que transportaban. Para el día 18 se planificó un fuerte contra ataque y se recuperó Brihuega.

Con un prestigio acrecentado, en marzo de 1937 fue nombrado coronel y en mayo, tras la formación del gobierno Negrín, Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas y Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Desde este nuevo empleo se encargó de dirigir la expansión del Ejército Popular, y creó el denominado Ejército de Maniobra, que debía servir de avanzadilla ofensiva del Ejército Republicano.

En marzo de 1937 se comenzaba las ofensivas por el Norte y el primer objetivo de las tropas nacionales fue Bilbao. Rojo propone un cambio de estrategia y recomienda pasar a la ofensiva y uno de los objetivos iniciales era lograr el cerro Garabitas desde el que se castigaba Madrid. Se movilizaron varias divisiones y diversos carros de combate (T-26 Soviéticos) así como aviación y artillería y el 10 de abril comenzó la ofensiva, la ejecución se hizo acorde con los planes pero la lucha encarnizada causó tantas bajas que algunos comandantes se retiraron (entre ellos Líster) y el día 14 la operación se suspensión con un balance de 1500 soldados republicanos muertos y las tropas franquistas mantuvieron sus posiciones iniciales anteriores a la operación. La primera ofensiva del Estado Mayor de Rojo había sido un fracaso. El 23 de abril se disuelve la Junta de Defensa de Madrid y tras su ascenso a coronel se le destina Valencia, al Estado Mayor Central. En una reunión de Estado Mayor propuso una ofensiva que cumpliera cuatro puntos: descongestionar Bilbao, reducir el saliente de Teruel y crear una amenaza sobre Zaragoza, alejar al enemigo del Manzanares y cortar por Extremadura las comunicaciones en eje Norte-Sur. El primero de los puntos no pudo lograrse debido a que el 19 de junio Bilbao cayó, los otros sufrieron demoras.

A pesar de todo el 6 de julio de 1937 se puso en marcha la ofensiva de Brunete, la instrucción para su ejecución fue aprobada por Indalecio Prieto, pero llevaba siendo propuesta varios meses antes por Rojo como maniobra para detener el avance por el norte. El avance planificado, a pesar de su claro avance, sufrió diversos percances. El efecto sorpresa funcionó y la campaña hacia Santander de las tropas franquistas fue detenida. La Legión Cóndor apareció por los cielos y acosó a las tropas de Rojo. Al séptimo día de la batalla, se detuvo la ofensiva. Hubo problemas con el abastecimiento de municiones y el ritmo de consumo de municiones artilleras alertó a los altos estamentos del ejército. Madrid en aquella época había dejado de ser un objetivo militar para Franco. El 14 de agosto Rojo anuncia su plan de acción político-militar en el que anuncia tener informaciones sobre el estado de descomposición de algunas posiciones de retaguardia enemiga y era necesario explotar su descontento. Otros intentos de coronel Rojo desde Valencia por detener el avance de las fuerzas nacionales a Santander con una maniobra de distracción.

La operación más ambiciosa que llevó a cabo Rojo ocurre a lo largo de 1938 y fue la ofensiva del Ebro, que dio lugar a la larga batalla del Ebro desarrollada desde el 25 de julio al 16 de noviembre de 1938, y en la cual la República se jugó su prestigio internacional, su capacidad de resistencia y la posibilidad de poder dar un giro favorable al curso de la guerra. Los primeros avances planificados por Rojo fueron exitosos. Tras un primer avance sorpresivo a las fuerzas franquistas, pronto el frente se estabilizó. Los aviones nacionales bombardeaban Barcelona en marzo. Tras la ofensiva de Aragón, que no lograron detener finalmente las tropas republicanas dirigidas por el general Rojo, las tropas de Franco logran tocar el Mediterráneo cortando el 15 de abril, por primera vez, la comunicación de Barcelona con Madrid y Valencia, comienza de esta forma la ofensiva de Cataluña.

Se incluyó de nuevo el plan P de Rojo, pero la gravedad de los acontecimientos negó de nuevo su ejecución. Los primeros días de abril caen Lérida y Gandesa. Rojo en Barcelona con su familia planifica las operaciones militares, pero las tropas nacionales gobernadas por Franco, cambian de parecer y se dirigen a Valencia por la costa. Castellón cae el 14 de junio y Valencia sufrirá numerosos bombardeos aéreos de la aviación fascista hasta el 30 de marzo de 1939, momento en el que consiguen tomar la ciudad. A pesar de la organización de las tropas republicanas el 15 de enero de 1939 cayó Tarragona. El 18 de enero, por insistencia de Negrín, el general Rojo habló por la radio por primera vez en toda la guerra. Ese discurso, cargado de esperanza, impresiona a Antonio Machado que escribe al día siguiente una carta a Vicente Rojo. El 26 de enero Barcelona cae y Rojo menciona que la ciudad poseía los mismos medios materiales y humanos que Madrid en el año 1936, mencionando que Barcelona "se perdió simple y llanamente por no haber voluntad de resistencia". Ya desde el 15 se produjeron desbandadas de población hacia la frontera pirenaica con Francia, la caída de Barcelona agravó la situación. A pesar de aconsejar el general Rojo a Negrín la terminación de la Guerra, Negrín alegó que renunciar, supondría una lucha entre los que querían seguir y los que abandonaban.

Tras la caída de Barcelona, el ejército republicano se concentró el 1 de febrero delante del río Tordera con el objeto de cubrir las regiones de Vich y Seo de Urgel. Se encargó al general Saravia que acaba siendo depuesto de la misión por consejo especial de Rojo. A Rojo lo único que le importaba es que el ejército republicano pasase ordenadamente la frontera con Francia. El 9 de febrero las tropas franquistas alcanzan la frontera de Le Perthus finalizando el paso a la frontera desde el lado español. El general es uno de los últimos de abandonar la frontera y cruzar al lado francés. Las autoridades francesas desarmaban a los soldados, y a aquellos que no poseen referencias les obligaban a confinarse en campos de concentración.

Tras la caída de Cataluña, en febrero de 1939, pasó a Francia a la pequeña ciudad de Vernet-les-Bains lugar donde se reunió con su familia. Teresa, su mujer, da a luz la más pequeñas de las hijas el 29 de septiembre de 1938 y su padrino será Juan Negrín. En esta época Rojo muestra su amistad con el político. La familia estaba junta, con excepción de uno de los hijos que desde el comienzo de la contienda se encontraba en la zona nacional. Rojo pronto comprueba la situación penosa de los refugiados españoles en la zona francesa, ubicados en campos de concentración. Esta situación indignó a Rojo que en su intento de actuar escribe cartas "categóricas" a Negrín reclamando una solución.

En febrero de 1957 regresó a España, gracias a las gestiones de un jesuita que conoció durante su estancia en Bolivia y avalado también por el obispo de Cochabamba, antiguo capellán castrense a las órdenes de Rojo. Desembarcó en Barcelona y se dirigió a Madrid. Nada más llegar a Rojo se le abre un expediente informativo a cargo del coronel Enrique Eymar Fernández, se le comunica que es un procedimiento rutinario con los que llegan del exilio. Vicente se traslada a Sagunto y allí se entera que el procedimiento de expediente informativo acaba elevándose a Causa Criminal.

El 16 de julio de 1957 se le citó para ser procesado por «rebelión militar». Vicente Rojo, amparándose en el artículo 554, recurrió. Con ello se iniciaron los trámites. La situación pareció a Rojo muy ofensiva, tras cuarenta y seis años de servicio sin incidentes, ahora era sentenciado por una causa que le dejaba perplejo. Durante el procedimiento tuvo que acudir cada siete días ante el juez para probar que permanecía en Madrid (Raymond Carr le invitó a Londres y recibió como respuesta escueta: "de ninguna manera"). El día del proceso, eligió un abogado militar de turno, evitando que un amigo le defendiera. En la calificación provisional se le quería procesar a treinta años. El juicio tuvo lugar el 5 de diciembre de 1957. Finalmente sería juzgado por "auxilio a la rebelión", en su calidad de excomandante del Ejército, paradójicamente por el hecho de no haberse rebelado contra el gobierno legítimo de la República.

Vicente Rojo padecía de un enfisema pulmonar y ello le acarreaba serios problemas de salud debido a su tabaquismo. Su adicción al tabaco le impidió dejar de fumar, y permaneció en su hábito hasta sus últimos días. Finalmente falleció en la casa de su suegro en Ríos Rosas, 48 a las siete de la madrugada del 15 de junio de 1966. En su testamento legaba lo poco que poseía a su esposa y cedía su «Autobiografía» a sus herederos. Las agencias de prensa dieron de forma muy escueta la noticia, los diarios ABC y Ya recordaron su grado de general y únicamente el diario El Alcázar, órgano de los excombatientes franquistas, destacó el prestigio de que gozaba entre los militares por su capacidad profesional. Las necrológicas en los distintos periódicos de provincias se fueron sumando. El entierro se celebró el día después, sus restos fueron trasladados al Cementerio de San Justo.

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